Magister Vitae.
"Los cuerpos sociales intermedios".
Esteban de Castilla
Ensayista e historiador. IEHS (España).
En un tiempo histórico donde el Individualismo materialista parece incompatible con los objetivos de un desarrollo humano integral y sostenible, y donde el Estatismo intervencionista sucumbe ante presiones de los mercados internacionales, la apuesta por la “Comunidad” parece resultar un imperativo ético fundamental. “Los cuerpos sociales intermedios”, aquellos de vieja raigambre (familias y asociaciones, municipios y regiones, gremios y sindicatos profesionales) y los nuevos modelos de origen “digital” (comunidades virtuales unidas por ideas o afectos) nos obligan, al conjunto de las ciencias sociales y humanas, a advertir su devenir en el siglo XXI. ¿Y por que está urgencia vital e intelectual?. Quizás porque el Estado de Bienestar, modelo actual de la Política social contemporánea, necesita una urgente transición a una “Sociedad de Bienestar” fundada en la fraternidad humana y la responsabilidad colectiva. Más allá de intangibles e interminables Derechos social nacidos de la “ingeniería social”, el bienestar colectivo de ésta y las siguientes generaciones debe cifrarse en valores ligados a la Tradición que solo la “Comunidad” puede ofrecer. Un sociedad perfectamente trabada, respetuosa del Medio ambiente, ligada al respecto de la ley natural y al legado de nuestros antepasados, donde el progreso tecnológico ayude a superar las injustas desigualdades económicas y territoriales, y donde la igualdad de oportunidades se cifre en términos de mérito y capacidad, y en relaciones de solidaridad compartidas, y no en meras imposiciones administrativas. Este podría ser un escenario ideal para nuestro futuro, en cual nuestras necesidades materiales y nuestros anhelos espirituales vayan de la mano camino hacia una sociedad más justa, más fraterna, más humana. Un orden social, en suma, de seres humanos capaz de reconocerse en el prójimo, en el vecino, en el compatriota, y compartir una comunidad de intereses y de respetos.
Por ello, en este número 15 de la Razón histórica intentamos dar a conocer un amplio espectro de ideas y estudios sobre la “Comunidad”. Para ello ofrecemos el trabajo de insignes académicos y jóvenes investigadores, que nos ofrecen diversas ópticas y estudios sobre la realidad comunitaria, en su pasado y en su presente. Así, comenzamos con el destacado sociólogo comentarista José Pérez Adán, quién nos introduce en Las razones de ser del comunitarismo. A continuación el Catedrático y experto en Bioética, el Dr. Luis Miguel Pastor nos aporta sus Reflexiones sobre la encíclica Fides et Ratio en su decimo aniversario. La investigadora Dr. Olga Achón Rodríguez nos resumen su trabajo doctoral en Hacia la comunitarización de las relaciones laborales en España. El sistema de reclutamiento y suministro de trabajadores extranjeros en origen del sindicato agrícola Unió de Pagesos. El historiador Fabricio Augusto Souza Gomes nos introduce en la historiografía brasileña con O intelectual na História: uma abordagem sobre o ISEB. Posteriormente, la doctora en Sociología Ester Bódalo Lozano nos ilustra con el destacado trabajo Del Trabajo Social a la Política Social en Manuel Moix. En Empleo y comunidad: los retos del autoempleo, Francisco Javier Araniguría Rodrigo aporta la reflexión sobre la actividad práctica de fomento de las fórmulas de autoempleo en la comunidad, tomando como modelo el español. En El habitante y el ciudadano. Historia crítica del concepto de ciudadanía, el jurista chileno Juan Eduardo Erices Reyes realiza un magnífico estudio sobre el pasado y presente de un concepto vital en nuestras sociedades democráticas actuales. Para finalizar, recogemos el magnífico texto de Richard J. Neuhaus sobre Política y ética en la sociedad democrática, y reseñamos un interesante libro de Richard M. Weaver, qué bien podría resumir el horizonte histórico al que avanzamos: "Las ideas tienen consecuencias".
La Razón Histórica, nº15, 2011 [2-3], ISSN 1989-2659. © IPS.