Magister vitae.
"La Historia, entre el presente y el futuro".
Esteban de Castilla.
Historiador y ensayista. IEHS (España).
La historia es maestra de la vida, se suele decir; incluso se apostilla que sirve para aprender de los errores del pasado, para no cometer los mismos vicios que nuestros antepasados; en suma, para ser libres de la tradición. También se suele afirmar que es fruto de la obra de los “vencedores”, de los hagiógrafos de los poderosos, de los escribas del poder establecido. Incluso, a inicios del siglo XX, se define como el instrumento para una memoria histórica, para recuperar los testimonios ocultos por la represión, para “hacer justicia” a los herederos de las generaciones de derrotados, exiliados, presos, reprimidos, minorías. Por ello, es común encontrar a la Historia como medio para la lucha política, para la dialéctica ideológica, para la campaña electoral; e incluso se le atribuye finalidades constitucionales, conservadoras o progresistas, impregnada de valores que deben determinar la corrección de las ideas, creencias y personales a valorar e interpretar.
Pero desde esta publicación, modesta por principios y por realidad, buscamos reivindicar, una Historia científica, donde espíritu y razón liguen sus caminos, y donde el pasado sea objeto de cuidado y respeto, de análisis y controversia.
Desde esta declaración de intenciones, y siguiendo nuestra línea de trabajo, en este número presentamos, en la primera parte, tres Obras Clásicas de la historiografía moderna: la introducción de Ab Urbe condita del historiador romano Tito Livio, el Prefacio al Curso sobre la historia universal de Jacques Bénigne Bossuet, y el Libro undécimo de Confessionum de San Agustín de Hipona (que versa sobre la relación de “Dios y el tiempo”).
En una segunda parte, recogemos tres Interpretaciones sobre la ciencia historiográfica. La primera, obra del historiador Sergio Fernández, nos adentra en las claves de La Historia como Ciencia, auténtica sistematización de su objeto y su método A continuación Álvaro Maortua recorre, con fina soltura, la Formación de la conciencia histórica española, y finalmente, recuperamos un texto excepcional de Juan Roig Gironella sobre Haeckel, Hegel, Ortega y Gasset: tres interpretaciones filosóficas de la Historia.
En una tercera parte abordamos algunos Acontecimientos ilustrativos sobre la reconstrucción histórica. Así, Alberto Royo Mejía desarrollo La supresión de la Compañía de Jesús (1750-1773) y Rodolfo Vargas Rubio Pío VII, un Papa débil, prisionero de Napoleón Bonaparte. En Recordando a Donoso Cortés el magistral historiador Ángel David Martín Rubio nos recuerda, sucintamente, la figura de uno de los grandes doctrinarios de nuestra historia contemporánea, y en Ascética para el bicentenario el ensayista argentino Jorge Bosco nos deleita con sus versos sobre la trascendencia de la nación argentina. Finalmente, en la sección Los falsarios de la historia, Ángel David Martín Rubio nos vuelve a ilustrar con el Ejemplo de San Pelayo, y en Un libro ejemplar, reseñamos la obra siempre peculiar, siempre genial, de Fernando García de Cortazar: Leer España: una historia literaria de nuestro país.
La Razón Histórica, nº12 , 2010 [2-3], ISSN 1989-2659. © IPS.