Trabajo, utilidad y libertad en la obra de J.S. Mill.
Pablo Gres Chávez
Jurista. Universidad de Chile (Chile).
RESUMEN: El presente trabajo busca sostener en particular dos tesis. En primer lugar, que el pensamiento de John Stuart Mill debe entenderse como sistemático, y atiende a ciertos criterios que conectan sus obrar. En segundo lugar, busca sostener que Mill fue un liberal preocupado por la igualdad. Para llevar a cabo este análisis, se examinará su teoría del trabajo, para establecer relación con su concepción de la utilidad y la libertad.
PALABRAS CLAVE: J. S. Mill – Trabajo – Utilidad – Libertad – Igualdad
ABSTRACT: This paper seeks to defend two theses in particular. First, the thought of John Stuart Mill should be understood as systematic, and attends to some standards which can connect his works. Second, it seeks to argue that Mill was a liberal concerned about equality. To conduct this analysis, it will examine his theory of work, to establish a relationship with his conception of the utility and freedom.
KEYWORDS: J. S. Mill – Work – Utility – Freedom – Equality
I. Introducción
El presente trabajo busca sostener, al menos, dos tesis respecto del pensamiento de John Stuart Mill: a) que su obra debe estudiarse sistemáticamente, es decir que todos los libros del autor se conectan entre sí debido a factores en común, y; b) que John Stuart Mill fue un liberal sui generis, que si bien compartió el ideario del liberalismo, se preocupó de reformular algunas de sus características con el objetivo de lograr conciliar libertad e igualdad.
Para demostrar lo que sostengo abordaré en particular la teoría del trabajo presente en la obra de John Stuart Mill, para poder conectarla con sus teorías sobre el utilitarismo y sobre la libertad.
El derrotero a seguir será el siguiente. Primero, me ocuparé de posicionar a Stuart Mill dentro del liberalismo y de caracterizar su pensamiento. En segundo lugar, me interesa desarrollar su teoría del trabajo y destacar algunas diferenciaciones importantes tales como: trabajo material / trabajo intelectual; y trabajo como productor de riqueza / trabajo como productor de utilidad. En el último apartado, me ocupare de desarrollar la relación entre trabajo, utilidad y libertad en el pensamiento de J. S. Mill, con el objetivo de dar apoyo a las tesis que ya he mencionado y que busco sostener.
II. El Liberalismo y John Stuart Mill.
Bastante se ha escrito y reflexionado sobre el liberalismo clásico, se ha recurrido a las fuentes directas, a sus exponentes más notables para rescatar su esencia. Es importante hacer notar que el liberalismo no es economicista, sino que sus preocupaciones van más allá de la mera teoría económica. Se podría decir que entre las principales preocupaciones y principios rectores de éste (como teoría político-económica en general), está “el de la necesidad de la existencia de un gobierno que proteja los derechos y libertades de los individuos de toda agresión ilegítima y el de que ese gobierno debe limitarse a funciones que protejan la vida, libertad y posesiones”[1].
El liberalismo clásico pregona como valores principales la libertad, el Estado de Derecho, el individualismo, la protección de la propiedad privada e incluso la igualdad, la que puede entenderse en dos sentidos. a) En primer lugar se debe entender que todos los ciudadanos de un país o nación nacen libres y son iguales en derechos; b) en segundo lugar, en el sentido de igualdad de oportunidades, traducido en que los humanos tienen una herramienta que pueden explotar para competir, su trabajo. En definitiva, entender la igualdad desde esos dos puntos de vista hace posible la desaparición de las castas sociales inamovibles, lo que permite la movilidad social.
Algunos teóricos y filósofos del liberalismo se preocuparon de tratar determinados temas o de abarcar la totalidad de la teoría. El liberalismo clásico no siguió una corriente filosófica única, pero sí existen ciertas líneas en común. “La fundamentación filosófica del egoísmo y de la propiedad privada fue la principal contribución de los filósofos de la era del mercantilismo”[2].
Los argumentos y fundamentos dados por dos autores respecto a un mismo tema pueden ser radicalmente distintos. Por dicho motivo creemos que hay liberales que en cierto sentido rompen con la estructura liberal, desarticulan la teoría. De cierta manera crean un liberalismo propio y particular. Nos parece que este es el caso de John Stuart Mill.
John Stuart Mill fue un filósofo y economista inglés nacido en Londres en 1806 y fallecido en Avignon en 1873. La obra de Mill es bastante extensa lo que hace posible que pueda ahondar en temas tan diversos como: Lógica, Ética, Política, Economía, Feminismo, etc., además de estar nutrida de corrientes diversas, tales como el liberalismo económico de Smith y Ricardo, el utilitarismo ético de Bentham y por políticas libertarías y socialistas de LoisBlanc y de su esposa Harriet Taylor.
Se puede sostener, en términos generales, que la filosofía de Mill puede definirse como a) Empirista: este rasgo es herencia de sus lecturas de los grandes empiristas como David Hume o Francis Bacon. Básicamente se traduce en que sólo aceptan el conocimiento proveniente de la experiencia negando la posibilidad de conocimiento a-priori; b) Positivista: este rasgo se debe a sus lecturas de August Comte. Consiste en que el único conocimiento posible es el que proviene de la ciencia, el conocimiento científico. Es por esta razón que en varías de sus obras, como en El Utilitarismo o en Sobre la Libertad, niega que la teología o Dios sean el fundamento ya sea de la moral o la libertad; c) Utilitarista: Mill siempre fue un estudioso de Jeremy Bentham quien puso a la utilidad en el centro de la reflexión moral, más bien la puso como el fundamento de la ética. Si bien Mill comparte las ideas de Bentham, podríamos decir que el utilitarismo John Stuart es un utilitarismo de reglas (en oposición al de actos) en el que no sólo se busca la máxima felicidad individual sino que de la colectividad, en cierto sentido hay reglas de utilidad y una regla de máxima felicidad; d) Liberal (en sentido económico): influenciado por Adam Smith y encantado con David Ricardo. Mill buscó dar ciertas soluciones a la economía liberal y ocupó gran parte de su vida a pensar un nuevo liberalismo económico.
Creo que estas cuatro características son fundamentales para comprender el pensamiento de John Stuart Mill. Es el cuarto punto el que nos interesa desarrollar en este ensayo, particularmente su visión sobre la teoría del trabajo, y cómo su particular postura puede conectarse con el resto de su pensamiento. Mi tesis es que la obra del filósofo londinense no debe entenderse como islas separadas, sino como un conjunto; lo que permite interpretar a Mill como un liberal con espíritu igualitario.
III. El trabajo, productor de riquezas y utilidad
a) El trabajo material.
Ya he hecho referencia al papel que juega John Stuart Mill dentro de la teoría liberal, además he expuesto las principales características que pueden destacarse de su pensamiento. Quiero ahora centrarme particularmente en su reflexión sobre el trabajo (por lo que trataré de explicarla detalladamente), para posteriormente mostrar cómo su concepción de dicho concepto puede conectarse coherentemente con el resto de su obra, principalmente con su teoría ética y sobre la libertad.
En 1848[3]Mill, con ya casi cuarenta años, publica la que sería una más de sus grandes obras: Principios de Economía Política, con algunas de sus aplicaciones a la Filosofía Social. Dicho texto busca ser, en algún sentido, un manual de Economía-política. La influencia de Smith y Ricardo es evidente. Ciertamente, es un análisis bastante completo sobre la economía política y divide su obra en temas bastantes centrales, a saber: comienza con observaciones preliminares; posteriormente trata La producción, después La distribución; inmediatamente El cambio, el tema siguiente es La Influencia del progreso de la sociedad sobre la producción y la distribución; y finalmente se pronuncia Sobre La influencia del gobierno.
En el Libro Primero sobre la producción, Mill se refiere a cómo ésta es posible y qué elementos (o factores) son necesarios para llevarla a cabo. Los tres primeros capítulos de este primer libro (de los cuales nos interesan en mayor medida los dos últimos), Mill reflexiona y explica de manera bastante clara como él entiende el concepto de trabajo.
Para el autor los requisitos de la producción son dos y comienza su capítulo esbozándolos: el trabajo y los objetos naturales apropiados (en otras palabras la materia prima). Su concepción del concepto de trabajo va más allá de lo meramente físico.
“El trabajo es corporal o mental, o, expresando la distinción de forma más comprensiva, muscular o nervioso; y es necesario incluir en la idea, no sólo el esfuerzo en sí, sino todas las sensaciones de naturaleza desagradable, todas las incomodidades corporales o molestias mentales, relacionadas con el empleo de nuestro pensamiento o de nuestros músculos, o de ambos, en determinada ocupación”[4].
Como se puede notar, podría entenderse que Mill tiene una concepción negativa del trabajo, ya que sólo hace énfasis en el desgaste que éste puede generar en el trabajador. Ya veremos que el inglés busca sostener precisamente lo contrario.
El trabajo es necesario incluso para apropiarse de aquellos objetos naturales que no necesitan ser convertidos para ser usados o consumidos, como cuevas, frutos, miel silvestre, etc. La apropiación de dichos objetos necesita de un esfuerzo, aunque sea mínimo. De lo anterior se puede colegir que trabajo para Mill significa, a primera vista, la capacidad humana de transformar la materia, es lo que hace posible la transformación de las sustancias naturales en objetos que sirven para el uso final del hombre. Ocurre que el trabajo final, el producto, es totalmente distinto a la sustancia inicial.
Mill posteriormente entrega una idea bastante particular, haciendo una relación entre las fuerzas de la naturaleza y el trabajo del hombre, donde deja en claro dos ideas que me parece importante destacar: a) su fascinación con la ciencia y las leyes naturales, y; b) que sin estas fuerzas el trabajo del hombre no sería posible, “en otros términos las propiedades de la materia, hacen todo el trabajo una vez que los objetos se ponen en la posición apropiada”[5]. Así el trabajo sería el producto tanto del movimiento corporal-muscular como de las fuerzas naturales para producir el objeto final[6].
Ya introducido el lector en los requisitos de la producción, definido el concepto y distinguidos sus elementos y clasificaciones, en el capítulo II, Mill se ocupa, ahora en particular, de desarrollar su concepción del trabajo, entendiéndolo como factor de producción. Ocurre que para el inglés el trabajo humano se emplea sobre el objeto en sí o en instancias preliminares que sirven para la producción de un nuevo objeto. Esto se explica con el ejemplo de la producción de pan[7]: quien trabaja sobre la cosa en sí, el pan, es el panadero, pero el trabajo del molinero, quien es el responsable de producir la harina, también es parte de la suma total de de la producción de pan. De la misma manera el trabajo del que siembra el grano, del que ara la tierra, del que produce las herramientas para arar la tierra, y así sucesivamente en una escalera ascendente de infinitas posibilidades. Debido a la gran cantidad de posibilidades, hacer el cálculo sobre la cantidad de trabajos involucrados, es bastante engorroso y poco útil, por lo que Mill llega a la conclusión de que, si bien el trabajo de cada una de estas personas está contenido en el producto final, que es el pan, no debe influir de del todo en su precio (que esta dado en mayor medida por el trabajo del panadero, ya que el trabajo de los demás está considerado en el costo de las materias primas). En palabras de Mill,
“[e]s cierto que, si el que hizo las herramientas no hubiese realizado su trabajo, no se habría podido producir el trigo y el pan; pero su precio de venta no subiría ni una décima de centavo por el hecho de tener en cuenta este trabajo”[8].
Me parece que aquella frase es importantísima dentro de la obra de Mill ya que es la demostración de cierto indicio de separación de la economía política. El inglés está consciente de que
“para hacer el pan, el trabajo empleado en la cosa en sí es el del panadero; pero el trabajo del molinero; aunque no se emplee en la producción del pan sino en la de la harina, es también parte de la suma total del trabajo mediante el cual se produce el pan; como lo es también el trabajo del que siembra el grano y lo recoge”[9].
Es claro que Mill, siguiendo a Ricardo, “define el valor económico como un producto del trabajo, medido por el tiempo empleado en este”[10]. En términos de Hegel o Marx, lo que Mill está reconociendo es que el trabajo humano valoriza los objetos, y ese valor es traspasado a lo largo de la producción, pero como señalé rompe con la Economía política debido a que a Mill no le preocupa el valor final, sino que al precio final del producto. Me parece que tal ruptura atisba un primer vuelco desde la economía política, preocupada de la valorización de los objetos a través del trabajo; a la “economía científica […] centrada en la idea de precio”[11].
En concordancia con lo anterior y como he señalado, existe trabajo que es necesario para que otros trabajen en la producción de un objeto distinto, Mill lo denomina trabajo como factor indirecto, y es en definitiva el trabajo necesario para un nuevo trabajo. Para dejar más claro el concepto de trabajo indirecto, Mill da cinco ejemplos en que el trabajo es un factor indirecto de la producción. a) En primer lugar, el trabajo empleado en producir materias que la industria empleará más tarde. Es la industria extractiva, es el trabajo del minero, del leñador, del agricultor. b) En segundo lugar, el trabajo que se emplea en hacer herramientas o elementos para auxiliar el trabajo. Es la producción de elementos ya elaborados que sirven para la elaboración de nuevos elementos. Hay una diferencia con la primera clase: que los elementos de la primera clase se destruyen al primer uso, mientras que los de la segunda clase no. c) Como tercera categoría, se refiere al trabajo que se usa para la protección de la industria. Este es el trabajo de quienes construyen los edificios o almacenes, el trabajo del pastor, el trabajo de quien construye vallas y zanjas e incluso el trabajo del soldado, el policía y el juez (son protectores de la sociedad en general, que hacen posible el trabajo en sí). d) La penúltima categoría es la relacionada con el trabajo usado para hacer accesible los productos finales. Este es el trabajo de toda clase de transportistas, ya sea terrestres, acuáticos o aéreos. e) En quinto y último lugar, trata el trabajo que tiene por objeto los mismos seres humanos. Éste es aquél que se relaciona con enseñar las artes de la producción. Para los liberales la eficiencia es lo que define la rentabilidad en la producción y la educación para (en) la producción es una gran herramienta para lograrla, es por esta razón que es necesario hacer referencia al trabajo intelectual.
b) Trabajo intelectual.
Ya categorizada la producción material, Mill se preocupa de desarrollar una nueva categoría de trabajo que complementa el trabajo material, a saber: el trabajo intelectual. Éste funciona de manera directa o inmediata, tal como el trabajo manual. Si bien es clasificado como intelectual, es también trabajo físico, ya que como hace notar el autor,
“Newton hubiera podido producir los Principios, sin el esfuerzo corporal de la escritura o del dictado; y es seguro que habrá trazado muchos dibujos y escrito muchos cálculos y demostraciones mientras los preparaba su imaginación”[12].
Mill está convencido de que todo ser humano, por más estúpido que sea, es capaz de desarrollar trabajo intelectual. Creo que en esta categoría nuevamente se encuentra presente de manera implícita el ideal positivista, su confianza en la ciencia y en el progreso. Pero es necesario aclarar que sólo el trabajo (material o intelectual) que produce objetos nuevos el que realmente se considera productivo.
c) El trabajo improductivo.
El tercer capítulo del libro primero versa sobre el trabajo improductivo. Si bien Mill no ha dado una definición de productividad, ha entregado ciertas directrices de lo que podría ser. De esta manera, puede entenderse por productividad, o más bien por trabajo productivo: aquel que es capaz de producir objetos apropiables, de producir riqueza, es el que hace posible la acumulación, en palabras de Mill: “Trabajo productivo quiere decir trabajo que produce riqueza”[13].
Es sabido que la ganancia, o la acumulación de ésta, es lo que mueve la economía liberal, pero es necesario aclarar que ganancia no es lo mismo que utilidad, en tal sentido,
“la Utilidad opera antes como principio para evaluar el estado de cosas en el mundo que como criterio de recta conducta. El principio de Utilidad nos dice que la felicidad, y sólo ella, tiene un valor intrínseco. No nos dice cómo debemos actuar. De la utilidad, es cierto, Mill piensa que se sigue un Principio de Conveniencia (expediency)* que especifica que un acto es conveniente si produce un incremento neto de la utilidad, y sumamente conveniente si origina tanta utilidad como cualquier acto alternativo disponible. Pero el Principio de Conveniencia de ningún modo obliga a un agente a maximizar la utilidad”[14].
A nuestro juicio, el trabajo improductivo es el capítulo con más importancia de esta parte del tratado, ya que es aquí donde se exponen las ideas que sirven de lazo con la teoría sobre la moral y la libertad Milliana-utilitarista. Aquí surge la distinción entre trabajo productivo y trabajo útil, donde no necesariamente el trabajo útil será productivo. Mill lo primero que hace es dejar en claro que calificar un trabajo de improductivo no significa que este tenga menor importancia.
“No siendo la producción el único fin de la existencia humana, el término improductivo no entraña necesariamente ningún estigma; ni se intentó nunca que así fuera en el caso presente. Se trata sencillamente de una cuestión de lenguaje y clasificación”[15].
Para sostener dicha idea, Mill aclara algo que en las páginas anteriores no había hecho: que el trabajo, en general, no produce objetos, sino utilidades. En sus palabras: “Lo que producimos o deseamos producir, es siempre, como lo designa M. Say con gran exactitud, una utilidad. El trabajo no crea objetos sino utilidades”[16]. Para Mill, el trabajo lo que hace con exactitud no es crear materia sino transformarla, materia que nos era inútil se convierte en algo que nos será útil. Por otro lado trabajo productivo (en particular), como ya advertimos, es aquél trabajo que produce riquezas.
Ya esbozada la diferenciación entre trabajo útil y trabajo productivo, Mill realiza una clasificación de los tipos de utilidades, o más bien de cómo se manifiesta la utilidad en el trabajo. a) La primera manifestación, dice relación con las utilidades incorporadas en objetos exteriores, mediante trabajo empleado en comunicar a cosas materiales externas propiedades que las hacen aptas para el servicio de los seres humanos. Para Mill este es el caso típico de producción útil que no necesita mayor descripción. b) La segunda, con las utilidades fijadas o incorporadas en seres humanos. En este caso el trabajo se usa para conferir a los humanos cualidades que los hagan útiles para ellos mismos. Este es el caso del maestro, del médico, del moralista y del clérigo, siempre y cuando produzcan en el otro un beneficio. c) Finalmente, las utilidades no fijadas ni incorporadas en ningún objeto. Consiste en la concesión de un servicio, en un placer acordado, en evitar un dolor o incomodidad, pero sin dejar una adquisición permanente de mejoría en las cualidades de una persona o cosa. Tal es el trabajo del músico, del actor y el recitador, del empresario teatral, de todo aquel que con su trabajo concede un placer inmediato. También es el caso del ejército o la armada, quienes evitan malas situaciones a la sociedad en general. También es el trabajo del juez, legislador y gobernador, a menos que colaboren enriqueciendo el espíritu nacional.
Ya que ha definido y clasificado la utilidad, continúa estableciendo cual de estos tres tipos de trabajo útil son trabajos productivos, o como ya he aclarado, productores de riqueza. Para el inglés lo esencial de la riqueza, o lo que define a la riqueza, es que puede ser acumulable materialmente. De este modo, el último tipo de trabajo de la clasificación anterior, no sería productivo ya que su producto no es acumulable, por lo menos el trabajo del artista, por lo que no hay un aumento del patrimonio. Creemos que es bastante claro cuando plantea lo siguiente:
“entiendo por riqueza sólo la llamada riqueza material, y por trabajo productivo sólo aquellas clases de esfuerzo que producen utilidades incorporadas en objetos materiales. Pero al limitarme a este sentido de la palabra, me propongo aprovechar la acepción restringida en toda su extensión, y no negaré el titulo de productivo al trabajo que no tiene como resultado directo un producto material, siempre que su consecuencia final sea un aumento de productos materiales”[17].
Pero no ocurre lo mismo con el trabajo de legisladores jueces o militares, ya que “el trabajo de los funcionarios del gobierno que dan la protección indispensable para la prosperidad de la industria, debe clasificarse como productor de riqueza material, pues sin él ésta no podría existir con una profusión como la actual”[18].
Es claro que el trabajo es improductivo cuando no termina en una creación de riqueza material, aunque por muy feliz que se practique, no va a hacer a la sociedad más rica en productos materiales, sino que incluso puede llegar a hacerla más pobre ya que para realizarlo los trabajadores necesitan consumir, y dicho consumo no será retribuido con nuevos productos. De esto deducimos que los trabajadores son productivos cuando consumen menos de lo que han producido materialmente. Por ejemplo el hecho de salvar la vida a alguien no es un trabajo productivo a menos que a quien se salvase fuese un trabajador productivo.
Es necesario aclarar, para no generar confusión, que el trabajo improductivo puede ser tan útil como el trabajo productivo, e incluso más útil desde un punto de vista de satisfacción personal, o del placer que ésta pueda entregar.
El trabajo productivo puede volverse improductivo en el momento en que se produce más de lo que se necesita (por ejemplo cuando se usan tres caballos en vez de dos cuando sólo dos son necesarios); puede volverse improductivo cuando lo que se produce no es realmente necesario para la nación. Mill incluso hace referencia al consumo en relación a la productividad, argumentando que sólo son productivos los consumidores que son trabajadores productivos, mientras quienes no lo son serían consumidores improductivos, ya que no transformarían ese alimento en fuerzas para producir materialmente. Además es bastante curioso que para el autor hay productos que de por sí son improductivos al consumirse tales como, la champaña, los galones dorados o las piñas. Creo que Mill siempre fue un crítico de la sociedad de la que formaba parte, me parece que ésta es una de sus críticas, ya que todos los nombrados eran productos de lujo en aquel tiempo, lo que hace que su consumo sea muy caro y el hecho de consumirlos no hacer aumentar ni el valor, ni el precio de lo que se produzca.
Ya desarrollada la concepción de trabajo de Mill, me propongo desarrollar la tesis propuesta: que la obra de J. S. Mill, debe entenderse como un todo, por lo que sus teorías sobre el trabajo, la ética y la libertad están conectadas entre sí.
d) Trabajo, utilidad y libertad.
En la teoría de J. S. Mill, como he sostenido, existe una relación latente entre trabajo, riqueza y utilidad. Para el autor lo que importa no es – sólo – la riqueza, sino que a lo que da más énfasis es a la utilidad que el trabajo pueda producir, aunque este sea improductivo.
En concordancia con aquello, ¿Cómo debe entenderse la utilidad? Mi tesis es que la obra de Mill es sistémica, por lo que debe entenderse tal y como ésta se define en El Utilitarismo. En dicha obra el principio de utilidad es un criterio de lo correcto e incorrecto. Dicho principio
“mantiene que las acciones son correctas (right) en la medida en que tienden a promover la felicidad, incorrectas (wrong) en cuanto tienden a producir lo contrario a la felicidad. Por felicidad se entiende el placer y la ausencia de dolor; por infelicidad el dolor y la falta de placer”[19].
Mill aclarar que su doctrina utilitarista establece ciertas jerarquías entre los placeres, de tal manera que “los utilitaristas, en general, han basado la superioridad de los placeres mentales sobre los corporales”[20]. Me parece que aquello está directamente relacionado con la idea de que el trabajo puede ser improductivo pero aún así útil, nuevamente lo que está haciendo Mill es entregar superioridad a lo intelectual por sobre los corporal. Creo que Mill adopta esta postura como consecuencia de un episodio que marcó su vida. Copleston indica lo siguiente:
“No es de extrañar que el continuo exceso de trabajo, que culminó con la edición de los escritos de Bentham, acabara en 1826 en lo que se llama vulgarmente un ataque de nervios. Pero los efectos de esta crisis mental tuvieron una importancia considerable en la perspectiva de Mill. Durante el periodo de depresión la filosofía utilitarista, en la cual su padre le había iniciado, perdió sus encantos para él. En realidad no la abandonó pero llegó a dos conclusiones. Primera: no se alcanza la felicidad buscándola directamente; uno la encuentra luchando por algún fin ajeno a la felicidad o placer. Segunda: el pensamiento analítico debe ser completado con un cultivo de los sentimientos, aspecto de la naturaleza humana del que Bentham había desconfiado. Significa esto que Mill empezó a encontrarle algún sentido a la poesía y al arte”[21].
Cierta desconfianza que lo caracteriza como intelectual, sumada a su experiencia personal, permiten que Mill no reduzca la utilidad al mero cálculo económico, sino que apunte a la felicidad, no individual sino que del mayor número.
En tal sentido su concepción sobre la Justicia, es totalmente compatible con su idea de utilidad[22]. El hecho de recordar a la famosa frase de Bentham, “que todo el mundo cuente como uno, nadie como más de uno”[23] , no es una mera casualidad, sino que busca recordad, no sólo que la Justicia es útil, sino que, todos y todos son merecedores de experimentar la felicidad. La justicia también consiste en eso.
“Mill acepta desde muy joven la idea según la cual la repartición de la riqueza que contribuye a la mayor felicidad general es aquella que se aproxima a la mayor igualdad”; es necesario pues “favorecer el reparto igual de la riqueza en la medida en que ésta no sea contraria a la seguridad de la propiedad sin la cual no habría riqueza por repartir”[24].
Es necesario aclarar que Mill no fue un socialista, pero su pensamiento si se acercó al ideario de igualdad, si bien nunca estuvo de acuerdo con los medios propuestos por los socialistas, sí lo estuvo con los fines. Es por dicha razón que es necesario referirnos a cómo su teoría del trabajo se materializa en políticas económicas. Creo que Mill representa cierta separación del individualismo clásico del liberalismo, o al menos cierta reformulación. Al respecto Gray señala que:
“Por individualismo Mill entiende una forma de desarrollo y expresión de la propia personalidad, en la que las facultades de pensamiento autónomo y de elección que identifican la especie humana, se ejercen llevando una forma de vida en la que se satisfacen las necesidades peculiares a la naturaleza de cada persona. Que la individualidad es un valor esencial en cualquier perspectiva liberal no se puede negar”[25].
A este respecto, me parece que Mill siempre fue un liberal (pero a su manera) más que un socialista (aunque siempre mantuvo roces con el socialismo), pero
“Si una elección debe hacerse entre el ideal socialista y la sociedad inglesa tal como ella existe en 1852, Mill prefiere al primero. Pero “para que la comparación sea apropiada, debemos comparar el comunismo ideal con el régimen dela propiedad individual, no tal cual existe sino tal como podría existir. El principio de la propiedad privada no ha sido puesto a prueba aún equitativamente en ningún país […] Las leyes que reglamentan la propiedad no han sido jamás conformes a los principios sobre los cuales reposa la propiedad privada”[26].
Acorde con esta afirmación lo que propone Mill es la existencia de cooperativas de trabajadores, en ningún caso pretende que el Estado tome las riendas de la economía bajo la planificación central. La idea es mantener al mercado (que en definitiva es una institución propia de la libertad liberal), pero no como un fin, sino como un medio, ya que en definitiva lo que busca es humanizar el capitalismo. Creo que hay dos ideas que llevan a Mill a formular dicha proposición: a) la idea que rescata de Smith de que la riqueza de las naciones consiste en el trabajo de su gente, que el trabajo es la humanidad misma plasmada en los objetos, y; b) la plena conciencia de las contradicciones de clase y de la precaria situación de la clase trabajadora en Europa. En tal sentido, si bien Mill desarrolla al trabajo como un factor de producción, ni los trabajadores ni el trabajo son para él un mero factor de producción; no son sólo una cifra, sino que seres humanos y la humanidad materializada.
Haciendo una muy clara lectura de Mill, PhilippeLégé afirma que desde la óptica utilitarista las cooperativas serían ventajosas, ya que “[e]n primer lugar, las cooperativas permiten acrecentar la producción por la mayor motivación de los trabajadores, puesto que éstos se benefician finalmente del fruto de sus esfuerzos. Mill invierte aquí uno de los argumentos de sus adversarios socialistas. La producción cooperativa es más eficaz, en razón de la disminución del número de intermediarios y del aumento de la productividad del trabajo, “pero esto es poco comparado con la revolución moral” que la acompañaría.
Pero es la segunda razón la que permite al utilitarismo aceptar las cooperativas: no son sólo unidades productivas sino también lugares de aprendizaje propicios al desarrollo de cualidades morales necesarias para la realización de “la mayor felicidad del mayor número”. En su autobiografía, Mill afirma haber recibido “con mucho placer y atención todas las experiencias socialistas realizadas por algunos individuos (tales como las de sociedades cooperativas) que nunca dejan de suministrar, tanto en el éxito como en el fracaso, una educación muy útil a quienes allí toman parte, cultivando sus capacidades de reaccionar por motivos que miran directamente el interés general, o volviéndolos conscientes de sus defectos, los cuales los vuelven incapaces de reaccionar así”[27]
Las cooperativas con las que Mill sueña obedecen a las leyes del mercado y en definitiva a la competencia. Tal cosa no es de extrañar, sobre todo si sostenemos que su obra es sistemática y no olvidamos Sobre la Libertad. En tal obra el inglés defiende en su capítulo tercero la individualidad como uno de los elementos del bienestar. Siguiendo a Guillermo de Humboldt, Mill cree que el hombre debe apuntar a su desarrollo completo, “para esto se precisan dos requisitos: libertad y variedad de situaciones”[28]. Debido a esto, la competencia permite, según Mill, el logro de la igualdad, respetando la autonomía[29].
Creo que Mill propone un sistema de cooperación entre trabajadores debido a que está totalmente consciente del problema de la clase trabajadora: no es tan libre como la clase dominante, tenía claro que las “consecuencias [del capitalismo] son, miradas desde el punto de vista humano, la injusticia en el reparto de la propiedad y la pobreza de los trabajadores”[30].
Mill hace una defensa de la igualdad que no puede desligarse de la defensa de la libertad. Todo se sostiene bajo la lógica del principio de utilidad o de máxima felicidad. Creo que la defensa de las cooperativas que Mill lleva a cabo, se debe a que el autor ve en estas la posibilidad de conciliar productividad, utilidad, libertad, igualdad y trabajo (material e intelectual).
III. Conclusiones.
Como reflexión final, sólo cabe destacar que John Stuart Mill, es un liberal sui generis, su relación con el socialismo nunca fue del todo clara y sus intentos de aclarar su posición confunden mucho más. Si bien intentó eliminar las rencillas de clase, humanizando el capitalismo, lo hizo bajo suelos infértiles. El gran problema de Stuart Mill es que nunca estuvo consciente de la imposibilidad de la implantación de la competencia perfecta, de las crisis cíclicas que el capitalismo debe afrontar. Mill no estaba consciente de que el gran problema era la línea en que se desarrollo la economía política, aquella que naturaliza instituciones y conductas; aquella que se apropia de la libertad de unos para dársela a otros. Sus críticas no apuntan a la base del sistema económico, por lo que me parece no resuelve los problemas del capitalismo. Más bien Mill propone un rumbo distinto al liberalismo, bajo supuestos que el capitalismo ni puede materializar. Mill no notó que el problema era el mismo capitalismo. Bajo su dominio libertad e igualdad no pueden conciliarse.
De todos modos creo que si Mill fue un gran crítico de la economía del siglo XIX, si conociera el siglo XXI, lo sería con aún más ganas.
BIBLIOGRAFÍA
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[1] GALLO, Ezequiel: “Notas sobre el liberalismo clásico” «en» Estudios Públicos, Santiago de Chile, Nº 21 (1986), p. 243
[2] HOPENHAYN, Martín: Repensar el trabajo, Buenos Aires: Norma (2001), p 101
[3] El mismo año en que se edita el Manifiesto del Partido Comunista, encargado a Marx y Engel por la Liga comunista.
[4] MILL, J. S.: Principios de Economía Política, México D. F.: Fondo de Cultura Económica, (1951), p. 47
[5] Ibíd., p. 49
[6] Esta es una muestra de la influencia del positivismo en el pensamiento de Mill.
[7] Nos parece que este ejemplo es un claro de ejemplo de la influencia de Smith en su pensamiento.
[8] MILL, J. S.: Principios de Economía Política, óp. cit., p. 53
[9] Ibíd., p. 52
[10] SAENGER, Samuel: Stuart Mill. Madrid, Revista de Occidente (1930), p. 255
[11] PÉREZ SOTO, Carlos: Proposición de un marxismo hegeliano. Santiago, U. Arcis/Lom (2008), p.137
[12] MILL, J. S.: Principios de Economía Política, óp. cit., p. 62
[13] Ibíd., p. 65
[14] GRAY, John: “Los liberalismos de Mill y los otros” «en» Estudios Públicos, Santiago de Chile, Nº 37 (1990), pp. 93-94
[15] MILL, J. S.: Principios de Economía Política, óp. cit., p. 64
[16] Ibíd., p 65
[17] Ibíd., pp. 67-68
[18] Ibíd., p 68
[19] MILL, J. S.: Utilitarismo. Madrid, Alianza (1998), pp. 45-46
[20] Ibíd., p 47
[21] COPLESTON, Frederick: Historia de la Filosofía, v.8: de Bentham a Russell. Barcelona, Ariel (1960-1969), .p 41
[22] En el capítulo V de su Utilitarismo, se ocupa de mostrar aquella relación
[23] MILL, J. S.: Utilitarismo. óp. cit., p. 131
[24] LÉGÉ, Philippe: “Socialismo y utilitarismo en la economía política de John Stuart Mill” «en» Lecturas de Economía, Universidad de Antioquia, Colombia, Nº 64 (2006), pp. 179. Con (Mill 1826) el autor hace referencia a Primogeniture
[25] GRAY, John: “Los liberalismos de Mill y los otros”. óp. cit., p. 101
[26] LÉGÉ, Philippe: “Socialismo y utilitarismo en la economía política de John Stuart Mill”. óp. Cit., p. 175. Con (Mill, 1848) el autor hace referencia a los Principios de Economía Política
[27] LÉGÉ, Philippe: “Socialismo y utilitarismo en la economía política de John Stuart Mill”. óp. cit., p. 178. Con (Mill, 1873) el autor hace referencia a la Autobiografía.
[28] MILL, John Stuart: Sobre la libertad. Buenos Aires, Aguilar (1968), p. 122
[29] La autonomía que propone Mill, permite romper esquemas, salir del letargo de las masas e innovar, el límite es la esfera de libertad de el otro.
[30] SAENGER, Samuel: Stuart Mill. óp. cit., p. 257.
La Razón Histórica, nº16, 2011 [27-38], ISSN 1989-2659. © IPS.