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Ramiro  de Maeztu en la Argentina. La gestación de la doctrina de la Hispanidad entre el catolicismo y el nacionalismo argentino.

 

 

Osvaldo Rodolfo Martini.

 

Profesor en Historia, Licenciado en Ciencias de la Educación con especialización en Ciencias Sociales, Diplomado en Estudios Avanzados,UNED (Argentina).

 

 

 

El pensamiento  político y filosófico de Ramiro de Maeztu tuvo decisiva influencia en la conformación de la identidad ideológica de importantes sectores de la intelectualidad argentina especialmente  en los círculos nacionalistas y católicos que actuaron en la vida pública y cultural a lo largo de la década de 1930.

 Las vinculaciones directas de Ramiro de Maeztu con la Argentina comienzan en 1905 en su condición de corresponsal  en la ciudad de Londres del matutino porteño La Prensa .Su primer contacto con el público argentino se  concreta el 1° de enero de 1905 con la publicación de: ”España-El Quijote”, en este artículo   ya se reflejan varios de sus postulados filosóficos que más tarde darán vida  a la maduración de su pensamiento doctrinario.

  Su relación con el diario La Prensa se extenderá desde 1905 hasta  el final de su vida en 1936, salvo  por la interrupción de los años en que ejerció el cargo de embajador de España en la Argentina.

 Producido en España el golpe militar de septiembre de 1923,la elite intelectual estuvo dividida desde el principio, Miguel de Unamuno fue el primer intelectual que criticó abiertamente al   régimen de Primo de Rivera, luego se plegaron Pérez de Ayala, Manuel Azaña y Blasco Ibánez, entre  otros. Ramiro de Maeztu recibió con benevolente expectativa el advenimiento del Directorio  Militar.

  En una artículo publicado por el diario La Prensa de Buenos Aires, Maeztu explicó al público argentino las razones que justificaban el pronunciamiento militar  y expresó su fervor militarista porque estimaba que “cumple al Ejército la misión pedagógica  de imponer a nuestro pueblo el respeto y el sentido del valor”1                                                                                              

  Entre 1925 y 1927 hubo en la vida de Ramiro de Maeztu  importantes acontecimiento: su alejamiento del diario liberal El Sol, cuyos principales colaboradores se habían manifestado en contra de Primo de Rivera; su viaje a Estados Unidos y por último en 1927 su incorporación a la “Unión Patriótica”, con la que selló su adhesión al gobierno de Primo de Rivera y se alejó definitivamente de los intelectuales que se pronunciaron en contra  del régimen  y a favor del liberalismo republicano y que a partir de entonces dejaron caer sobre él una condena cerrada y dogmática que todavía hoy pesa sobre su nombre y su obra 2.

   En 1925 publicó uno de sus libros más destacado ”Don Quijote, Don Juan y la Celestina” y en 1927 inició sus colaboraciones en “La Nación”, diario oficioso del primorriverismo, durante ese mismo año Maeztu es designado para integrar  la Sección Primera de la Asamblea Nacional Consultiva, encargada de elaborar un anteproyecto  constitucional y una serie de leyes complementarias  que permitieran establecer una nueva legalidad y un régimen estable que continuara con el iniciado por la Dictadura. La participación de Maeztu fue corta ya que a fines de 1927 es convocado por iniciativa  de Primo de Rivera para ocupar la embajada de España en la República de Argentina. La embajada española en Buenos Aires-elevada a ese rango en 1916-se encontraba vacante desde septiembre de 1927.

    Maeztu aceptó la propuesta y partió con su familia rumbo a Buenos Aires en febrero de 1928.

   La llegada de Maeztu a suelo argentino despertó en la prensa argentina una importante atención, algunos medios  manifestaron su  beneplácito por la designación. La revista católica Criterio expresó  en sus páginas:”Maeztu en la embajada de España es el mejor regalo que no has hecho la madre patria desde hace  ya mucho tiempo”3

   La publicación nacionalista La Nueva República lo presentó a sus lectores” como un embajador que necesitaba poner España en nuestro país”4. La prensa de corte liberal, contraría a régimen de Primo de Rivera, lo presenta al nuevo embajador con una marcada hostilidad como la revista literaria Nosotros  que le reprocha  su adhesión a la Dictadura 5.

  Lo mismo ocurre con los miembros de la colectividad española residentes en la Argentina que se oponían  al régimen de Primo de Rivera. Los importantes matutinos porteños La Nación   y La Prensa  valoraron la destacada trayectoria literaria y sus aportes al pensamiento filosófico hispanoamericano.

 La labor diplomática de Maeztu en Argentina se prolongará de febrero de 1928 hasta comienzos de 1930.Algunas reflexiones gestadas en suelo argentino aparecerán  plasmadas en  1934 en su libro Defensa de la Hispanidad.

 Desde 1922 preside la República  Argentina  el radical Marcelo T. de Alvear, su mandato se extenderá  hasta fines de 1928. El presidente firma el decreto, con fecha 1° de marzo de 1928, reconociendo y aceptando las credenciales presentadas por Ramiro de Maeztu  como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de España ante  el gobierno argentino.

    Para presentar oficialmente sus credenciales ante el presidente Alvear,Maeztu brinda un cálido discurso en el que expresa:

       “Me incumbe,también la honra de expresarle el saludo de un país laborioso y progresivo,que ha consolidado los preciosos bienes de la paz y el orden y prepara a su amparo las reformas de las leyes fundamentales,con los ojos puestos al mismo tiempo en sus tradiciones y en su provenir como navío en el que el velamen de las esperanzas ondea sobre el lastre de la experiencia histórica”6.

    El embajador Maeztu pone en marcha su tarea diplomática con dos objetivos  centrales: intensificar la propaganda cultural de España  en la Argentina y tratar de neutralizar las repercusiones de algunas expresiones de intelectuales que hacían conocer públicamente sus posturas críticas al gobierno de Primo de Rivera  en la Argentina. Deberá desarrollar así una suerte de doble embajada; por un lado representación del espíritu español que comulgaba con la ideología de Primo de  Rivera y la oficial que le había encomendado  el Rey Alfonso XIII 7.

  Una de  las primeras actividades culturales del embajador en Buenos Aires fue brindar una conferencia con el título de “La  lección del Quijote” ofrecida en la sede del Jockey Club porteño, donde perfila algunas ideas de su ideario hispanista, que más tarde plasmará en su obra Defensa de la Hispanidad.

  Maeztu continuará brindando diversas conferencias en la capital y en el interior del país, abordando diversos temas acerca del Quijote, mitos literarios, el capitalismo y su misión, el sentido del hombre en los pueblos hispanoamericanos, la función del arte en la sociedad, entre otros.

 

   Las vinculaciones filosóficas y espirituales de Ramiro de Maeztu con los intelectuales del catolicismo argentino.

 

  Ramiro de Maeztu será el principal difusor del ideario hispanista integrado por el discurso católico y patriótico del tradicionalismo finisecular.                                                    

  Durante su  presencia en la Argentina  forjará profundas vinculaciones con sacerdotes y miembros de la intelectualidad católica argentina.

  La intelectualidad católica tuvo destacada participación en vida  política y cultural de la Argentina , especialmente en las últimas décadas del siglo XIX y a lo largo del siglo XX.  En 1892 el sacerdote  Federico Grote   fundó  los Círculos de Obreros Católicos, eran instituciones mutualista  que brindaban apoyo y servicios sociales a los sectores obreros  dentro del marco ideológico del catolicismo social, más tarde seconstituyeron otras entidades como la Liga Democrática Cristiana, la Unión Democrática Cristina, en 1908 el destacado pensador católico Emilio Lamarca funda la Liga Social Argentina cuya misión fue difundir  la doctrina y el pensamiento católico.

    En 1904 intelectuales católicos defensores del pensamiento contrarrevolucionario fundan El Círculo, lugar de reunión de los sectores católicos de la derecha conservadora, en 1917  surgió el Ateneo Social de la Juventud, entre sus miembros se destacan jóvenes que más adelante militarán en el nacionalismo católico como Tomás Casares y Atilio Dell’Oro Maini. Entre sus referentes ideológicos se encontraban los principales difusores del pensamiento de restauración católica en Europa, en especial el español Ramiro de Maeztu 8.

   En 1922,Tomás Casares, César Pico y Atilio Dell’Oro Maini fundaron en la ciudad de Buenos Aires los Cursos de Cultura Católica, en los que se difundía y brindaban formación filosófica y teológica. El clero derechista enseñaba en los Cursos, Los conferenciantes más asiduos eran el jesuita Leonardo Castellani y el Reverendo Alberto Molas Terán, fundador y editor del periódico nacionalista Crisol. La personalidad más destacada de los Curso fue César Pico, uno de los fundadores del periódico nacionalista La Nueva República 9.   Pico fue uno de los más fervoroso defensores del concepto de Hispanidad, muy vinculado a Ramiro de Maeztu en su época de diplomático en la Argentina.

   El 8 de marzo de 1928 se funda la revista católica Criterio, el nacimiento de la publicación y la llegada a Buenos Aires de Ramiro de Maeztu se producen casi simultáneamente. A poco de iniciar su  actividad diplomática, Maeztu se pondrá en contacto con el grupo editor de Criterio y mantendrán una fluida relación sustentada en afinidades políticas y religiosas que la publicación católica y el intelectual español comparten.

   La revista Criterio en los años treinta se orientó hacia el pensamiento tradicionalista español y desde sus páginas se defendió la doctrina de la Hispanidad, con la pluma de destacados escritores como Eugenio D’Ors, Guillermo Torre y el propio Ramiro de Maeztu.

 Ramiro de Maeztu durante su estada en Buenos Aires se conecta con el sacerdote español Zacarías de Vizcarra, vinculado a la colectivdad española y difusor del concepto de cultura hispánica, estrechamente vinculado al catolicismo y la idea de que la Hispanidad, como él la designaba, debía ser el principal lazo de unión entre España y las naciones hispanoamericanas y en particular, la Argentina. El padre Vizcarra se desempeñó como profesor de los Cursos de Cultura Católica y asesor religioso y colaborador de la revista Criterio. Las relaciones intelectuales y religiosas entre Vizcarra y Maeztu fueron muy estrechas. pues éste se replanteaba su posición religiosa y el sacerdote  le aconsejaba con enseñanzas y orientaciones teológicas 10.

   Zacarías de Vizacarra propuso en Buenos Aires en 1926,el vocablo” Hispanidad”, para sustituir la denominación de “Día de la Raza”.

    El religioso consideraba el vocablo en una doble acepción. Una geográfica como ”conjunto de todos los pueblos hispánicos” y otra histórica y étnica, que denominaba al ”conjunto de las cualidades que distinguen a dichos pueblos”, En la primera acepción la ”Hispanidad” abarca España y Portugal de cuya acción evangelizadora surgió una comunidad de naciones americanas configuradas en un mismo sentido social, político y religioso. La “Hispanidad”, en la segunda acepción, era producto del catolicismo 11.

    Maeztu aceptó y desarrolló en la revista Acción Española, ambas acepciones, plasmando en 1934 su obra Defensa de la Hispanidad.

  Imbuida la hispanidad de religiosidad e identificada con la españolidad, Maeztu acaba fundiendo patria con catolicidad, de ese modo lo que llamaba españolidad eran para él las cualidades del alma que se habían ido adquiriendo a través de la historia y que el catolicismo había sintetizado e integrado.

 El padre Vizcarra también fue unos de los  principales organizadores  del Congreso Eucarístico Internacional celebrado en Buenos Aires en 1934,donde impuso su  impronta hispanista. A este importante evento religioso concurrió el Arzobispo  de Toledo y Primado de España Isidro Gomá Tomás, quien pronunció, el 12 de  octubre de 1934,en el Teatro Colón de Buenos Aires, su discurso ”Apología de la Hispanidad “ ,donde el religioso expresa una encendida defensa de las ideas expuesta por Maeztu y el padre Vizcarra, partiendo de la base de que :

  “América es obra de España. Esta obra de España lo es esencialmente del catolicismo. Luego hay relación de igualdad entre hispanidad y catolicismo…”12

  Otra figura importante de la época que defendió la obra de Maeztu y su doctrina hispanista fue Monseñor Gustavo Franceschi, quien fuera director   de la revista Criterio  desde 1932 hasta su fallecimiento en 1957. Durante si dilatada gestión la revistas se ocupó más intensamente a la temática religiosa y cultural, en la que la política  ocuparía un espacio muy reducido pero continuando con sus sentimientos tradicionalistas e hispanista.

 Franceschi profundizó sobre todo en el significado “espiritual” del hispanismo tradicionalista. Como la hispanidad formaba parte de la matriz originaria de la identidad nacional, todos los argentinos habrían de compartir sus valores. Afirmaba que en la hispanidad, entendida como proyección de la catolicidad, en una determinada cultura, podía realizarse la argentinización del inmigrante y podía llegarse a la solución del problema de la identidad nacional 13.

 

Ramiro de Maeztu y su relación con los intelectuales del nacionalismo argentino

     Las ideas de Ramiro de Maeztu fueron recibidas con entusiasmo por los nacionalistas argentinos.  El camino  hacia la Hispanidad estaba signado por la reivindicación de valores muy significativos para el ideario nacionalista argentino: espíritu, tradición y la doctrina católica. El pensamiento hispanista de Maeztu mantuvo plena vigencia a lo largo de las  décadas de 1930  y 1940, en los círculos intelectuales nacionalistas se difundió  su ideario a través de distintas publicaciones como: Crisol, Baluarte, Sol y Luna y Nueva Política.

  El surgimiento del nacionalismo argentino estuvo sustentado por el pensamiento de importantes escritores como Leopoldo Lugone, Ricardo Rojas y Manuel Gálvez, A partir de 1927 un grupo de jóvenes intelectuales se reunían para discutir la situación política del país. No eran muchos, pero constituyeron la base del futuro nacionalismo argentino. Los más destacados eran  los hermanos Julio y Rodolfo Irazusta, Ernesto Palacio, Juan Carulla  y César Pico.                                                                                                         

  Estos jóvenes  fundaron el 1° de diciembre de 1927 un bisemanario, La Nueva República, que se  constituiría en importante tribuna nacionalista.

   Los distintos puntos de partida de los colaboradores de La Nueva República no impedían que los uniera su común oposición a la democracia liberal y al régimen del presidente Hipólito Yrigoyen, mientras el ”criterio de base, católico, aristotélico, hispánico” los acompañaría toda su vida 14.

   La posición ideológica de los redactores de La Nueva República se inspiraba en dos fuentes básicas, que resultaban en ciertos aspectos contradictorias: el nacionalismo católico  de raíz tomista y la doctrina de Charles Maurras, que alimentaba una postura antiliberal y antidemocrática. Aunque es cierto que, como lo afirma el historiador Zuleta Álvarez, la influencia de  Maurras fue indirecta y parcial y no alcanzó a todos los redactores ni a todos los aspectos desarrollados en el periódico 15.

    La actuación diplomática de Maeztu no le impidió desarrollar una vasta tarea cultural y mantener una fluida relación con los jóvenes intelectuales nacionalistas reunidos en La Nueva República.

    Una de las circunstancias que provocaron la aproximación de Maeztu a los nacionalistas, fue la grata impresión que le causó la lectura de dos artículos firmados por el joven ensayista Ernesto Palacio publicados en el diario La Nación de Buenos Aires:”De la inteligencia como servicio público”, seguido días después por otro titulado:”Nacionalismo y panteísmo político”. De inmediato Maeztu trató de conocerlo, trabando amistad con el joven Palacio y con su grupo más cercano.

   Según comentaba Julio Irazusta 16,los nacionalista se reunían con Maeztu en tertulias en la Embajada ,donde se sucedían las conversaciones, tratamiento de temas de actualidad política, filosofía y religión y discusiones amenas sobre ideas, libros y problemas comunes a la Argentina y España. Los jóvenes nacionalista coincidían  con Maeztu en la misión política que debían asumir los intelectuales ,reafirmaron la valoración de la cultura hispánica y sus críticas a las democracias liberales, poniendo énfasis en el valor trascendental del catolicismo como factor esencial de un ideario restaurador que contemple el orden, la jerarquía y la autoridad como principios rectores de la sociedad 17.

   La obra de Maeztu Defensa de la Hispanidad publicada en España en 1934,tuvo amplia repercusión en los medios nacionalista argentinos.

  Ernesto Palacio recordó la personalidad de Maeztu, sostuvo que la tradición intelectual  argentina se había alejado de España, cuyas ideas y problemas resultaban extranjeras.

  En su libro La historia falsificada, Palacio expresa:

  “Esta trágica orfandad de ideal en que se encuentran, como nosotros, todos los pueblos hispánicos, es el mal que señala magistralmente Maeztu en su libro”18.

                                                                                                                                                                           

 La obra de Maeztu, continuaba  Palacio,  explicaba esta falencia mutua y la ignorancia del propio ser, que sólo  podría desaparecer con una revisión de la historia que restaurara la tradición de los ideales hispánicos perdidos.

 En otro pasaje de su libro La historia Falsificada, Palacio sostiene que la Argentina  tiene que restaurar su condición de miembro de la hispanidad.

   El punto de los orígenes hispánicos era de gran importancia para Palacio, porque de acuerdo con su mayor o menor inserción en ese pasado, podían distinguirse las corrientes auténticamente nacionales de las que no lo eran, ya que de aquellos orígenes partía nuestra tradición.

    Fiel a estas ideas, Ernesto Palacio continuó su obra de ensayista, historiador y político, difundiendo los ideales hispanista de Ramiro de Maeztu.

 Maeztu fue el más leído de los escritores españoles de su misma orientación. Sobre todo después de la aparición  de Defensa de la Hispanidad, obra que durante muchos años tuvo una extraordinaria difusión con múltiples ediciones en la Argentina e Hispanoamérica.

  Los nacionalistas argentinos aceptaron las ideas del hispanismo tradicionalista de Maeztu como pilar fundamental de su ideario filosófico y político. El grupo de intelectuales nacionalista que más profundizó acerca de la idea de la Hispanidad, fueron los redactores de la revista Sol y Luna.

  La  revista Sol y Luna se publicó entre noviembre de 1938 y mayo de 1943, fue dirigida  por Mario Amadeo, Juan Carlos Goyeneche  y José María de Estrada. Entre sus colaboradores contó con muchos nacionalistas como Marcelo Sánchez Sorondo, Ignacio Anzoátegui, César Pico, Máximo Etchecopar y el filósofo Nimio de Anquín.

    Sol y Luna era una revista impresa en forma lujosa, que dedicaba la mayoría de sus columnas a la crítica literaria y a ensayos sobre la eterna grandeza de España. Los escritores de Sol y Luna difundían en sus páginas el ideario hispanista de Maeztu, reafirmando la necesidad de mantener los lazos con España a través de la idea de la Hispanidad, cuyo símbolo eran La Cruz y la Espada. Esta reafirmación de la esencia  argentina tenía que efectuarse para socavar a la elite del siglo XIX, que rechazaba sus raíces españolas y había preferido al liberalismo positivista 19.

  Dentro del nacionalismo, Sol y Luna representó una reacción antiliberal, incluso más fuerte y más orgánica que la de La Nueva República. Las dos publicaciones se complementaron para forjar el ideario hispanista en la Argentina.

   El prestigio obtenido por la prédica de Ramiro de Maeztu en la Argentina durante la década de 1930, sirvió  para volcar a ciertos nacionalistas hacia el falangismo y también ayudó a centrar su atención sobre España cuando estalló la Guerra Civil. Así como la izquierda se identificó con la República, los nacionalistas apoyaron el accionar del General Franco.                                                                                                        

  Como lo expresó el escritor español Vicente Marrero 20, el intercambio de ideas con los nacionalistas y con el padre Vizcarra, acendró  en Maeztu el concepto de Hispanidad, que debería desarrollar, más tarde, en su obra Defensa de la Hispanidad.

   Maeztu, para quien la experiencia argentina tuvo efectos decisivos en la consolidación de su ideario político, concretamente hace referencia que en Buenos Aires se recibían los últimos libros  franceses, en su mayoría reaccionarios, mientras en España no ocurre nada análogo. Alude, sin duda a la influencia creciente de las ideas de Maurras, tenían  sobre un sector de la juventud argentina, sobre todo a partir de  la aparición del semanario La Nueva República que tanta importancia tuvo en la gestación de la revolución de 1930 21.

     Con relación a los intelectuales nacionalistas argentino,  Maeztu sostenía que  en España no se encuentra análogos grupos   de intelectuales y nacionalistas católicos que hayan realizado, como los porteños una revisión del bagaje de ideas decimonónicas 22.

   En los comienzos de 1930 en la Argentina ya se sentía la crisis política que sufría el gobierno de Hipólito Yrigoyen, paralelamente también se profundiza la crisis en España con renuncia el General Primo de Rivera, ésto repercute en la misión diplomática de Maeztu que finalmente renuncia al cargo de  embajador y el 19 de febrero de 1930 deja definitivamente la Argentina.

   Maeztu regresa a España entusiasmado  de su estancia en Hispanoamérica, venía convencido de que el ideal hispánico del siglo XVI  era el más generoso  que jamás concibieron los hombres, el más hacedero, el único que lleva a la hora actual el porvenir en el bolsillo 23.

   Ramiro de Maeztu seguirá ligado a la Argentina  con distintas colaboraciones periodísticas, especialmente en la Revista Criterio y el diario La Prensa.

 

Notas.

 

1.”El Ejército en España.El peligro de la balcanización”,en  el diario La Prensa de Buenos Aires,4 de noviembre de

    1923

2.Enrique  Zuleta  Álvarez,Conferencia”Tradición y Renovación en el pensamiento de Primo de Rivera,en el Boletín

  de Ciencias Políticas y Sociales,,n° 20,Mendoza,1977,p..25

3.Revista Criterio,Sección notas de la semana,n°58,p.463

4.La Nueva República,”Ramiro de Maeztu”,N° 7,enero de 1928

5.Revista Nosotros,”Ramiro de Maeztu.Embajador del Rey de España”,n°24,enero de 1928

6.Memoria presentada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina al Congreso Nacional,1929,p439

7.Beatríz Figallo,”Maeztu en la Argentina”,en Revista Res Gesta,n°24,p..81,Rosario,1988

8.Carlos Floria,Pasiones ArgentinasFCE,Buenos Aires,1998,p.79

9.Marysa Navarro Gerassi,Los Nacionalistas,Ed.J.Álvarez,Buenos Aires,1969,p..111

10.Enrique Zuleta Álvarez,”Maeztu en Buenos Aires”,Razón Española,n°83,1997

11, Andrés de Blas,Enciclopedia del Nacionalismo,Tecnos,Madrid,1992,p..212

12.Isidro Gomá Tomás,Apología de la Hispanidad,en Defensa de la Hispanidad,p..314

13Gustavo Franceschi,Revista Criterio”Hispanidad”,23 de Octubre de 1941

14Julio Irazusta,El pensamiento nacionalista argentino,Ed.Obligado,Buenos Aires,1975,vol 1,p..15

15.Enrique Zuleta Álvarez,El nacionalismo argentino,Ed,La Bastilla,Buenos Aires,1975,vol .1,p..214

16.Julio Irazusta,artículo “La Nueva Historia”,Revista de Occidente,año XII,n°24,1979

17Julio Irazusta,Memorias,Ediicones Culturales Argentinas,Buenos Aires,1975,p..181

18.Ernesto Palacio,La historia falsificada,Difusión,Buenos Aires,1939,p..53

19Revista Sol y Luna,Buenos Aires,n°3,1939

20.Vicente Marrero,Maeztu,Rialp,Madrid,1955,p.543

21. Ídem,pág542

22.Ramiro de Maeztu,Criterio,n°119,1930

23 Raúl Morodo,los orígenes ideológicos del franquismo,Alianza,Madrid,1985,p.154

 

 

 

 

 

 

 

                                                      

 

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