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Lo que acontece en Siria no es lo que aconteció en Playa Girón.

 

Roberto Verttuti

 

Maestro, activista, escritor, traductor y periodista independiente (Argentina).

 

Caminaba lentamente por la Plaza San Martín en la ciudad de Buenos Aires cuando se me acerca una persona de unos 70 años y en un buen español pero con acento extranjero, me pregunta por algún medio de transporte público que lo deje en la estación de Liniers. Le indico y le explico que estaba bastante lejos. Enseguida le pregunto de donde era y, en tanto una palabra llevaba a otra, se genera una conversación sostenida. Nos sentamos en un banco cerca del monumento del glorioso y admirado General don José de San Martín y esa plática se transforma en una entrevista, pues saco un cuaderno y bolígrafo y empiezo a escribir mis preguntas y sus respuestas.
El hombre dijo llamarse André Brisson y que era de nacionalidad belga. Me comentó que estaba en Buenos Aires para recoger información sobre la comunidad árabe en Argentina, como parte de un trabajo que viene desarrollando en toda América Latina, en su carácter de historiador e investigador socio-político en la materia. Enseguida se rio y me dijo: “no soy agente de ningún servicio de informaciones, nacional o extranjero”. Me contó que estaba haciendo una evaluación y análisis con el objeto de registrar la reacción política-sociológica de dicha comunidad en el continente frente a los acontecimientos en Oriente Medio, en particular en Siria.
Le expuse mi alegría por haberlo encontrado y le manifesté que ese es uno de los temas a los que dedico mi atención. De ahí surgió el diálogo que sigue:

 
Roberto Verttuti: ¿Cuál cree usted que es el origen de los acontecimientos en Oriente Medio?
André Brisson: El origen de acontecimientos de este tipo es casi siempre el mismo. Para no ir tan lejos, le puedo decir que la primera y segunda guerra mundial, la guerra de Corea, de Vietnam, de Angola, de Mozambique, de Argelia, de Congo, de Mali, de Cuba, de Nicaragua, etc, así como el levantamiento guerrillero en la década de 1960-70 en gran parte de América Latina, tuvieron como objetivo, más allá de una proclamada “lucha por la libertad”, “defensa de la libertad y en contra de la tiranía”, “defensa de la patria” o cualquier otra cosa parecida, el dominio político para el manejo económico o estratégico. No digo que sea incorrecto, por ejemplo, el luchar por la liberación de la opresión colonial o independizarse del yugo tiránico. Digo que lo que mueve a ello es la búsqueda del control económico de los recursos del lugar o el control del espacio físico del caso. Y esas luchas pueden ser justas o injustas: son justas cuando se oponen al embate de un agresor y al robo o manejo de territorio por parte del extranjero y son injustas cuando el objetivo es robar riquezas o controlar territorios que no pertenecen a quienes agreden. A veces se combinan situaciones de uno y otro tipo que hacen las cosas más complejas, como sería el trabajo de los cipayos que operan a favor del agresor y en contra de los intereses nacionales. Justamente, me contaba un historiador argentino que este país es proverbial por la cantidad de cipayos que siempre existieron aquí. Aún hoy día. Y que eso permitió que los ingleses pudiesen llegar a considerar allá por 1933, en palabras de Sir Guillermo Leguizamón –uno de los tantos cipayos argentinos, según me dijo–, que “la Argentina es una de las joyas más preciadas de la corona de su Graciosa Majestad”. Y ese cipayismo tan pernicioso que tiene distintas formas y prácticas, en Siria lo ejercen esos a los que la “prensa seria” llama “rebeldes”, “opuestos al régimen”, “oposición moderada”, etc. Todos eufemismos para no decir cipayos y traidores a la patria, que es lo que son.
RV: Usted habló de control económico y de control de espacio geográfico. ¿Qué control es el principal en Oriente Medio? ¿El económico o el geográfico?
AB: Ambos. El intento, el proyecto inicial era, evidentemente, una transformación de las demarcaciones de los países de la zona para una mejor dominación y robo económico. Pensaban seguramente que con los cipayos y la intrusión de formaciones mercenarias armadas, es decir, la intrusión de terroristas, conseguirían lo que los ingleses consiguieron económicamente en Argentina en la década de 1930. Por supuesto, la cuestión económica casi siempre es la fundamental y es por eso que los mercenarios, en el caso de Siria, apenas empiezan con sus tropelías una de las primeras cosas que hacen es robar el petróleo y negociarlo a precio vil a favor de sus amos, vía Turquía esencialmente. Pero se encontraron con la sorpresa que la Siria de la década de 2010 no es la Argentina de 1930. Los cipayos sirios resultaron para sus amos un fiasco y los planificadores del desguace de Siria debieron valerse casi exclusivamente de los mercenarios terroristas que ellos prepararon.
RV: ¿Y a qué se debe ese fiasco, teniendo en cuenta que el gobierno y los patriotas sirios carecían de la capacidad militar para resistir el asalto armado de extranjeros mercenarios?
AB: Para intentar responder a su pregunta me referiré antes a otra cosa, para mí no estudiada en profundidad, que es el fenómeno que podemos denominar “ave fénix”, y lo contrario. Trataré de explicarme. Los pueblos, según mi entender, poseen un “hado”, lo cual se expresa de muchas maneras. Algunos pueblos surgen, digamos, “de la nada”, crecen, se agigantan, dominan hasta límites insospechables y luego, como pompas de jabón que estallan, vuelven casi o totalmente “a la nada”. De ser en un momento –a veces mucho tiempo calendario– una especie de sol, se convierten luego en un pequeño pedregullo, en un minúsculo granito de tierra. Siempre hablo con otros de este tema porque me intriga. Para poner un ejemplo, no deja de sorprenderme cómo el poder y reino de Alejandro el Grande se perdió en la noche de la historia y Macedonia nunca más pasó de ser una pequeña república. Ahí tenemos también, en el mismo andarivel, al Egipto de los faraones, los imperios Azteca e Inca, la España en donde “nunca se ponía el sol”, el imperio portugués, el imperio romano, Grecia, etc. Fueron y dejaron de ser. Aparentemente, para siempre.
Pero otros de esos “gigantes” fueron y volvieron a ser, retomaron gran parte del poder que tuvieron. No desaparecieron. No quedaron perdidos en la historia. Y entre ellos está Rusia, la que se ubica entre los “destacados” que pasaron por ciertos avatares pero siempre mantuvieron su potencialidad, unas veces latente, otras veces patente. Y también entre esos pueblos que mantuvieron su potencialidad se encuentra Siria. Y en la actual coyuntura de Oriente Medio se cruzaron o entroncaron dos “aves fénix” –Rusia y Siria– de una manera extraordinaria, en la justa defensa de lo económico y de lo geográfico. De ahí que la derrota que enfrenta la política occidental y sus cipayos en Siria es muchas veces peor que la que enfrentaron Francia y EEUU en Vietnam. En este país asiático el fracaso fue esencialmente militar. Pero en Siria abarca las facetas económica, política, militar y especialmente cultural, a lo que hasta ahora, que yo sepa, nadie presta la suficiente atención. Se trata de un proceso de derrota apabullante. No hay que pasar por alto que el “ave fénix” que es Siria tiene que ver con el otro “ave fénix” de características insospechadas que es Rusia. Se puede decir que esa yuxtaposición daría un “nuevo mundo” si se concreta el triunfo sobre el terrorismo mercenario esencialmente extranjero, es decir, no sirio. Y de darse ese triunfo, implica lo económico, lo geográfico, lo cultural y lo espiritual. Allí, en Siria, se acoplan, para realimentarse, la histórica importancia-grandeza de Rusia con la histórica importancia-grandeza árabe en su versión más destacada, es decir, la versión islámica. Esto, estoy convencido, será tema de muchos estudios que ayudarán a descifrar cosas aún veladas.
RV: ¿Usted cree entonces que la llamada “primavera árabe” no tiene nada que ver con esto?
AB: Todo lo contrario. Si lo denominado por el periodismo en general como “democratización del mundo árabe” hubiese afectado a todos los que afectó sin incluir a Siria, le puedo asegurar que, como dicen los españoles, “otro gallo cantaría”. Pero el destino, predestinación o decisión del Arquitecto Universal quiso que la incluyese. Quizás, muy posiblemente, si no la hubiese incluido, dicha “democratización del mundo árabe” habría sido exitosa para sus ejecutores: lo de Libia se hubiese reproducido por otras partes. Pero al incluir a Siria, la remodelación geográfica y económica de Oriente Medio sufrió un giro impensado y negativo para sus diseñadores.
RV: Me deja intrigado. ¿Qué perseguían esos diseñadores y porqué no lograrían su cometido?
AB: Lo que perseguían era “sencillo” y conocido por muchos, especialmente por quienes lo pergeñaron: Estados Unidos y la Unión Europea, con la ayuda imprescindible de Turquía, Arabia Saudita e Israel. Pero tiende al fracaso total al no estar logrando su cometido debido a varios errores: primero, quienes lo acometen se creen superiores, intocables; segundo, se creen que todos los demás son incapaces frente a ellos; tercero, se piensan que el poder económico lo puede todo. Y aquí volvemos a un punto anterior: la participación de Rusia. Más de uno, sobretodo en la izquierda y en el nacionalismo “ingenuo” o mentecato, pensaron que la abstención en el Consejo de Seguridad de la ONU de Rusia y China frente a la propuesta europea de una zona de exclusión aérea y el actuar de inmediato en Libia, era parte de una traición. Y que esa iba a ser la política normal de ambas de allí en adelante. Es decir, que eso se iba a repetir cuando la agresión se dirigiese a Irak, Siria y donde fuese. Error. La táctica de Rusia y China fue esencialmente la misma de Mao cuando firmó el acuerdo con Chian Kai Shek. La jugada era riesgosa. Por supuesto, no era para gallinas ni cotorras sino para águilas y halcones. Había que tener muchas pelotas, discernimiento claro, firmeza sin par y mucho valor. Se trataba de una jugada de ajedrez extremadamente delicada, pues se sacrificaban algunos peones y otras piezas pero se dejaba preparado el terreno para arrebatar más al contrincante e incluso dejar planteado el jaque mate. Y en ese “juego” se sumaba, como ingrediente, el tiempo necesario para la preparación y puesta a punto de la máquina bélica defensiva. ¿Se piensa usted que la no intervención directa de China en Siria se debe a un problema de cobardía o incapacidad? Nada más equivocado. Fue y es parte de una estrategia, que hasta ahora se demuestra exitosa en gran medida. Y esa jugada o estrategia rusa-china se inscribe en lo mejor de su tradición en lo que hace a esto. Hasta tal punto, que de allí nace la creación de un frente de consecuencias insospechadas: una unión-coordinación entre Rusia, China, Siria, Irán y Hezbollah, que seguramente le traerá al eje Estados Unidos-Unión Europea más de un grave dolor de cabeza, más de un traspié de consecuencias impredecibles. Es por esto que los diseñadores de esa estrategia no alcanzan sus objetivos. El eje agresor se está llevando la misma sorpresa que se llevó Chian Kai Shek con Mao allá por la década de 1930.
RV: Por lo que usted dice, parecería que al régimen de EEUU y sus aliados les falta materia gris, que son incapaces de prever movimientos del agredido y en consecuencia marcharían a un desastre mayor. ¿Es así?
AB: Por lo que veo, a usted no se le pasan por alto ciertos detalles. Algo así planteó en su momento Mao en 1956 al decir que los Estados Unidos eran un tigre de papel, es decir, carecían de capacidad de decisión, entendimiento y fuerza. No obstante, el presidente ruso de entonces Krushchov le agregó: sí, es de papel pero tiene dientes de bombas atómicas. Y más valdría que a nadie dé un tarascón, como el que dio a Japón. Es decir, cierto grado de incapacidad o error más o menos momentáneo no puede considerarse imbecilidad ni falta de suficiente estructura de todo tipo. Eso por un lado. Por otro lado, veo algo mucho más importante desde el punto de vista geoestratégico. Trataré de explicarme. La creación del Estado de Israel no fue precedida por una “lucha independentista” de los nuevos colonizadores contra los ingleses en Palestina. Lo que sí es cierto es que prepararon todo en función de instalar en esa tierra un nuevo gobierno prediseñado en función de sus intereses. Y para ello los ingleses sacrificaron gente propia para hacer parecer que los judíos “conquistaron” Palestina: el Estado de Israel es el producto de un plan de la corona británica. Y en ese plan se incluía sacrificar algunos soldados y funcionarios, como el miembro de la ONU y conde sueco Folke Bernadotte, mediador en Palestina. Esa era la manera de darle a algo apariencia de real, hacerlo creíble. De la misma manera, la caída del muro de Berlín no tuvo nada de espontáneo sino que fue parte de un plan preparado por Estados Unidos y otros, con la colaboración de los traidores al mando de la ex Unión Soviética. Y en la misma línea de acción se incluye Playa Girón, es decir, la invasión a Cuba por los anticastristas en 1961 y su derrota. Y digo que lo de Playa Girón se incluye en el mismo tipo de esquema porque en ese caso los que fueron usados como leños a ser incinerados fueron los “idiotas útiles” denominados “gusanos”. Playa Girón es la resultante, desde mi punto de vista, de un acuerdo entre el gobierno de Estados Unidos con el gobierno de la ex URSS y Fidel Castro. Todo esto lo reseño para apuntalar lo que dice el refranero popular: en política casi nunca es verdad lo que se ve en la superficie, en la “realidad”, sino lo que no se ve, lo que se pacta y acuerda en secreto, por debajo de la mesa. Y para mí, lo que está sucediendo en Siria no escapa a esa “técnica”. ¿Por qué sería eso así? Veamos. El “ave fénix” llamado Rusia no figuraba como algo importante para Estados Unidos-Europa en lo que hace a Oriente Medio. Sucedió que Rusia-China hicieron una jugada táctica riesgosa pero espectacular, que desubicó al eje occidental, pues este estaba convencido, como dijimos, que las potencias de Oriente mantendrían su posición de “abstención” para luego repartirse con ellas “esferas de influencia”, como sucedió luego de la IIGM. De ese modo, Estados Unidos-Europa creyeron que seguirían siendo los que marcaban la cancha, los que decidían, dónde, cuándo y con quién se enfrentaban, qué era lo que se repartía, etc. Pero no fue eso lo que sucedió, como lo vimos y lo vemos. Entonces el eje occidental salió rápidamente del error, cambió algunas cosas y marchó a una “negociación”, del tipo antes indicada.
RV: Nuevamente me invade la sorpresa. ¿Podría decirme qué es lo que negociaron?
AB: Según mi entender una salida a la situación, ajustándose a la nueva realidad.
RV: ¿Qué significa eso?
AB: Pongamos por ejemplo el caso de Playa Girón. Los anticastristas se lanzan a reconquistar la Isla de Cuba, es decir, expulsar a Fidel Castro del poder. Según se dijo, el presidente Kennedy autorizó la operación. Y como todos sabemos fue un desastre para los atacantes. Pero pasado el tiempo se acusó al propio Kennedy de haber “arreglado” todo con Castro e incluso se llegó a decir que el asesinato del presidente norteamericano tenía que ver con esa supuesta traición a los anticastristas. Una vez más, la verdad no sería lo que se ve como “realidad” sino lo que se negocia a escondidas. ¿Qué habrían negociado Castro y Kennedy por debajo de la mesa? Algunos dijeron que la permanencia de Castro en el poder en la Isla para ulteriores acuerdos-acciones. Personalmente estoy convencido que algo de eso hubo. Me hace acordar a la caída del Che Guevara, entregado por quienes debían protegerlo. Siempre la verdad queda oculta y si alguien dice lo contrario o discrepa se lo acusa de “provocador”, “agente del enemigo” o cosa semejante y se lo desconoce. Y se lo desconoce porque a ninguna de las partes implicadas le conviene que se sepa la verdad. En el caso de Siria nos encontramos con una situación parecida. Un grupo de fuerte peso en el escenario internacional propone la remodelación de toda una zona del mundo e incluso plantea cómo se operaría. Ese grupo, mediante los mecanismos correspondientes, impone quiénes actuarán y cómo. Al aplicarse esa planificación, todo parecía que iba sobre rieles. Y surgió un imprevisto: Rusia. En pocas semanas la situación va cambiando casi dramáticamente. Los mercenarios empiezan a perder la iniciativa. Se producen distintos avances y retrocesos hasta que la situación para los terroristas es solo de retroceso. Pero, ¿cómo se da todo ese proceso? Se da con la aceptación por parte de las fuerzas occidentales de los ataques rusos, especialmente los aéreos. Y estos fueron, indiscutiblemente, los ataques claves para detener primero, hacer retroceder después y derrotar por último, a los terroristas. ¿Sucede eso en toda la zona? No. Ocurre especialmente en Siria. No ocurre en Irak y solo en cierto grado en Yemen. ¿Y por qué el eje occidental con sus cipayos en la zona no salen a dar una batalla aérea para impedir los bombardeo rusos? Creo que es una pregunta interesante. ¿Se acuerda lo que pasó en la ex Yugoslavia? El eje occidental dio luz verde a los serbios para que arrasen a los bosnios y croatas. La maquinaria serbia se estancó y el eje puso límite de tiempo a los serbios para que culminen su “tarea”. Se les venció el tiempo. El eje cambió de táctica y a partir de ese momento incluye la derrota serbia. ¿Solamente eso? No. En este tipo de enfrentamiento nunca se persigue un solo objetivo sino varios. Y esto es muy importante para tenerlo debidamente en cuenta. Entre esos otros objetivos estaba, por ejemplo, la “independencia” de Kosovo. Es decir, la preparación de unas de las futuras bases de los llamados “yihadistas” (terroristas). Cabe acotar que la desintegración de Yugoslavia fue planificada para evitar el crecimiento de la influencia rusa. Siempre Rusia… Lo del Oriente Medio no escapa a ello, y tiene relación con el paso de oleoductos y gasoductos. ¿Qué es lo que sucedió entonces en Siria? También allí se combinaron varias situaciones y distintos objetivos. El “ave fénix” ruso demuestra su capacidad, inesperada para el eje occidental, de operar como operó. Forzar las cosas en ese terreno, llevaría a una hecatombe mundial. Entonces, evidentemente, se negocia. Se negocia cierto reparto momentáneo de la zona como parte del reconocimiento de la sorprendente capacidad para la acción de Rusia. Es decir, se repite en cierta manera “Playa Girón”: se alienta a una parte (a los terroristas) a una especie de asalto decisivo, cuando en realidad se planifica su derrota y caída estrepitosa.
RV: Me deja perplejo. ¿Entonces lo que acontece en Siria es otra “Playa Girón”?
AB: Se parece porque hay algunos elementos, pero no lo es.
RV: ¿Podría explicarme eso?
AB: Intentaré. Es evidente que lo sucedido en Cuba en 1961 fue producto de una negociación, lo cual permitió la permanencia de Castro en el poder. En ese acuerdo participaron dos partes. Cuba-la ex URSS por un lado y el capitalismo occidental por el otro lado. Negociaron un statu quo, el mantener cierto tipo de situación por un período de tiempo indeterminado. Y la situación que querían mantener era, por parte de la ex URSS, que no hubiesen más procesos revolucionarios en América Latina pues no estaba en condiciones económicas de sostener tal cosa. A su vez, el capitalismo occidental quería que nada alterara su influencia en la zona. Ese acuerdo, al que llegaron, implicaba la destrucción de todo lo que lo torpedease. De ahí, aunque no fue lo único, el desastre de los anticastristas en Playa Girón…. Cosas vederes, Sancho, que non crederes….
En el caso de Siria también hubo una negociación por debajo de la mesa. También implicaba destruir todo lo que la torpedease. Allí negociaban, por un lado, Siria-Rusia y, por el otro lado, EEUU-países europeos. Estos últimos necesitaban, a toda costa, salir de la experiencia tipo Afganistán en la que se habían metido a partir de su falso diagrama de “democratización del mundo árabe”. Se había dado cuenta Occidente que de seguir adelante marchaba a desastres incalculables. Hasta aquí es una negociación tipo Playa Girón. Pero lo que sigue no. Siria-Rusia no buscan ningún statu quo. Lo que buscan es la creación de un nuevo orden universal basado en premisas que nada tienen que ver con la filosofía materialista propia del capitalismo ni con la filosofía materialista propia del marxismo. Lo que buscan Siria-Rusia, junto con China e Irán, según declaraciones de las autoridades de esos países, es la creación de nuevas relaciones socio-políticas en donde el humanismo, la dignidad humana, tengan un peso real. Si ese es realmente el objetivo, la derrota del Occidente agresor y sus socios en la zona, de EEUU en particular, es mucho más grave que la derrota de Vietnam.
RV: ¿Usted cree que lo que plantea ya se ha concretado y es irreversible?
AB: No dije tal cosa. Gran parte de ese camino ya se ha recorrido. Pero aún es bastante lo que falta por recorrer, por lo que no podemos hablar de irreversibilidad de nada. Por ejemplo, la situación en Irak dista mucho de ser la de Siria. En Yemen, por otra parte, se está librando una lucha de tal heroicidad por lo asimétrica, que no me cabe ninguna duda que ocupará páginas brillantes en la historia. La complejidad de lo de Oriente Medio es grande. Pero las perspectivas, actualmente, dan esperanza de ver desarrollos muy positivos para la raza humana. Si en verdad se produce un acuerdo Trump-Putin que impulse un reordenamiento mundial humanista con base en principios éticos-morales fundado en lo teológico, quizás estemos ante grandes cambios a favor de la vida y la convivencia pacífica y un RENACER ESPIRITUAL. Dicha posibilidad me trae a la memoria palabras de Augusto César Sandino dirigidas al presidente norteamericano en 1929 que, desde que las leí, me resuenan permanentemente como clarines estridentes: “No desconozco los recursos materiales de que dispone su Nación, todo lo tienen, pero les falta Dios”. Creo que esta es una de las grandes diferencias con los acuerdos de “Playa Girón”. Espero haber respondido a sus interrogantes.
RV: Considero que lo expresado merece un profundo análisis. Muchas gracias por el tiempo brindado y todo lo expuesto.

 

 

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